Escrito por Miguel Ángel Hernández Cárdenas

“Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros” -George Orwell, Rebelión en la Granja.

Muerte. Traición. Vanagloria. Interés. Egoísmo. Estos adjetivos no son suficientes para describir lo que el autor de esta obra presenció en su época. Durante la primera mitad del siglo XX, el mundo entero estuvo envuelto en una llamarada de caos. Conflictos bélicos, crisis económicas, gobiernos autoritarios. Para ese entonces el miedo, la ansiedad y la paranoia estaban a la orden del día. Nadie estaba a salvo y el expresar una idea podía ser mortal.

Entre 1914 a 1918 se desencadenó la Primera Guerra Mundial, otrora al asesinato del heredero al trono del Imperio Austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando. En 1917 el pueblo ruso decidió desafiar el mandato del Zar Nicolás II y a todos los individuos que ostentaran el poder sobre cargos públicos en aras de combatir una indigna explotación laboral, hambruna y las consecuencias de la Gran Guerra.

Dos años después de la Revolución Rusa, a partir del 23 de marzo de 1919, Benito Mussolini concibió un enfoque paramilitar conocido como las Fasces de Combate Italianas, mejor conocido como fascismo. Mussolini y sus miembros del partido fascista se apropiaron de las decisiones sobre la economía de Italia. Se restringieron las libertades individuales; el amor hacia la nación se radicalizó; y los opositores fueron censurados de forma atroz por una brutalidad miliciana.

La Guerra Civil Española estalló en 1936 y en 1939 el militar Francisco Franco Bahamonde formuló su propia dictadura: el franquismo. Censuró a sus opositores y eliminó a los partidos políticos de la época. Prohibió la libertad de expresión, de asociación y reprimió el uso de las lenguas minoritarias como el catalán o el eusquera. En su partido se promovía el concepto de la existencia de “razas inferiores”.

En 1933 Adolf Hitler llegó al poder. Instaurando a su vez un régimen racista, nacionalista y de autoritarismo dictatorial. Proclive al militarismo y al pangermanismo (movimiento que persigue integrar en un mismo Estado a todos los pueblos de origen germánico). En 1939, meses después de la Guerra Civil Española, la Segunda Guerra Mundial se hizo presente junto con el holocausto. Aproximadamente murieron entre 40 a 50 millones de personas.

¿Por qué es importante realizar este breve contexto histórico? Porque a partir de estos acontecimientos surgió un subgénero de la literatura de ciencia ficción conocido como la anti-utopía. Ese es el carácter primordial de Rebelión en la Granja y esa es la esencia de George Orwell como escritor.

En este campo tuvimos como pilares a Aldous Huxley con su obra titulada Un Mundo Feliz y Ray Bradbury en su novela Farenheit 451. Sus novelas establecieron a personajes considerados como “parias” debido a que cuestionaban las estructuras socio-políticas del sistema en el que vivían. Esto sin tener la absoluta certeza de cómo era su mundo antes de la “sociedad idealizada”. Tan sólo se percibía una vida desalentadora y opresiva.

En cuanto a las creaciones de Orwell, estas se encuentran plagadas de sus acercamientos a la pobreza, a la injusticia y al absurdo del poder. Su verdadero nombre fue Eric Arthur Blair y nació el 25 de junio en 1903, en la India Británica (referida así anteriormente en la época colonial). Estudió en el colegio de Eton donde conocería a Aldous Huxley, su profesor de francés y amigo entrañable más adelante gracias a la naturaleza de sus obras.

Laboró en la Policía Imperial India en Birmania durante cinco años, aunque eventualmente renunciaría debido al abuso de poder del cuerpo de policía hacia los birmanos. Esto hizo que el joven Blair se identificara con la clase trabajadora y sobre aquellos que eran oprimidos por la clase imperialista.

Laboró como lavaplatos y peón de cocina en París. Permaneció en un hospital de caridad a causa de una neumonía. A su retorno en Londres trabajó como profesor y también como parte del personal de una librería. Tuvo una tienda de abarrotes en un pueblo pequeño y se incorporó a los trabajadores de clase baja para trabajar en los campos de lúpulo de Kent.

Fue voluntario en la Guerra Civil Española como corresponsal y miliciano en las filas del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). Permaneció más de 115 días en el frente de batalla y casi pierde la vida gracias a una bala que le atravesó la garganta, por lo que dañó severamente su voz. Eventualmente el POUM fue declarado ilegal y Blair pasó de héroe a fugitivo. Sus compañeros de guerra fueron arrestados o asesinados; mientras que él se vio forzado a huir. De ahí surgió su obra “Homenaje a Cataluña”.

Durante la Segunda Guerra Mundial fue miembro de la Home Guard, un equipo de defensa del Reino Unido para hacer frente al ataque nazi.  Falleció el 21 de enero de 1950 en Londres a los 47 años de edad a causa de una debilidad crónica pulmonar.

Esta fue la vida de un hombre que escenificó en sus escritos los horrores de la guerra y la manipulación discursiva sobre los individuos. 1984 es considerada su obra magna, pero Rebelión en la Granja hace un énfasis en todas las características que hemos englobado aquí.

A diferencia de 1984, el cual nos establece un futuro del que conocemos poco debido a las alteraciones históricas que realizó el Partido del Gran Hermano, aquí presenciamos el deterioro paulatino de las relaciones entre los habitantes de la granja mediante la manipulación psíquica e ideológica de la élite hacia sus habitantes.

Rebelión en la Granja es una fábula basada en los acontecimientos de la Revolución Rusa, así como de la traición de Stalin para su llegada al poder. La historia se remonta en una granja inglesa en donde el Viejo Mayor, el cerdo más estimado de la granja, les comparte el sueño sobre un mundo en el que los animales viven en paz sin la subyugación del ser humano. Un mundo en el que los animales ya no tendrían que rendir pleitesía al hombre ni mucho menos ser explotados, humillados y asesinados por ellos.

Los exhorta a jamás parecerse a un humano. Esto alienta a los animales a que se rebelen contra su amo, el granjero Jones; a su vez de establecer un sistema en el que todos los habitantes de la granja sean tratados en igualdad de condiciones y de forma digna. Tras un suceso funesto, los cerdos Snowball y Napoléon toman el mando y proclaman al recinto como “Granja Animal”, el hogar de las bestias de Inglaterra y el enemigo jurado de los humanos.

Durante el planteamiento de la obra, se establecen una serie de mandamientos que los animales deberán seguir para garantizar una convivencia armónica en la comunidad. Empero, lo interesante de esta obra es que en el transcurso de los capítulos los mandamientos se verán alterados de una u otra manera a conveniencia de los cerdos, quienes fungen como los regidores de Granja Animal debido a su inteligencia. 

Tras el inexplicable cambio del primer mandamiento, se nos dejará entrever el desgaste sobre la calidad de vida de las bestias en la granja. Aunque ese no es el único conflicto, ya que las diferencias entre Snowball y Napoleón traerán consigo terribles consecuencias para la prosperidad de la utopía animal. 

Orwell coordina magistralmente los acontecimientos de forma tal que el lector pueda presenciar la corrupción de las ideas del Viejo Mayor. ¿Cómo es que un sueño que busca la justicia, el bienestar y la paz pueda convertirse en una pesadilla sórdida e inescrupulosa?

Los deseos mezquinos de la élite y la fe ciega de la mayoría de las especies refuerzan la legitimidad del abuso sobre la clase trabajadora. Incluso hay ciertos personajes clave que llegan a preguntarse si en verdad han progresado en su propia libertad o si se han impuesto una forma de vida peor de la que alguna vez tuvieron con el granjero Jones.

Lo que Orwell buscó en esta distopía fue englobar los elementos primordiales de las dictaduras: arbitrariedades injustificadas, segregación social, manipulación mediática, apropiación en los medios de producción, un sentido de identidad y pertenencias sesgados, censura y la violencia perpetrada por las autoridades.

En esta obra me gustaría destacar a un personaje en particular: Squealer. Este cerdo funge como el vocero de Napoleón y de Snowball. Puede que su papel sea secundario, pero su rol dentro de la historia implica un auténtico cambio en la forma de pensar de los habitantes de Granja Animal. En un caso hipotético si los animales tuvieran un mal día, la aparición de este desgraciado lo convertiría en algo mucho peor. Pues la intención del autor fue convertirlo en una alegoría a la propaganda de los movimientos fascistas. ¿De qué manera influye? Eso tendrá que ser una sorpresa.

Rebelión en la Granja es un clásico imperdible que lo atañe a su sátira política. Es una novela que ejemplifica de forma increíble la traición, el egoísmo, la hipocresía y la corrupción del individuo que permanece en contacto con un nivel exuberante de poder. Una dura crítica a los regímenes totalitarios y una reflexión cruda sobre la desesperanza.

• Fuentes:

• Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de George Orwell». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/orwell.htm [fecha de acceso: 16 de agosto de 2024]. 

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• Miloro, C. M. (s. f.). CURIOSIDADES DE LA HISTORIA: EPISODIO 43  la revolución rusa de 1917. National Geographic. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/revolucion-rusa-1917_16494

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• Nazismo alemán. (s. f.). Portal Académico CCH. Recuperado 16 de agosto de 2024, de https://e1.portalacademico.cch.unam.mx/alumno/historiauniversal2/unidad2/regimenes_totalitarios/nazismo_aleman